Primer escrito del Ejercicio de Escritura




 -Nada te ata y todo lo puedes, así que jamás dudes de ti. Y si alguna vez te sientes perdido escucha a tu corazón, siente y confía. Y si eso no te vale, cariño, no dudes en llamarme y juntos solucionaremos lo que haga falta porque te quiero, porque confío en ti, porque eres mi amor y porque naciste para ser Feliz, así que sonríe y muévete!.

Los ojos de Samuel se llenaron de lágrimas, una emoción contenida le subió por la tripa, su pecho se expandió y un susurro se le escapó.

-Abuelo, abuelo lo haré por ti.

Fue la primera vez que se permitió aceptar lo que quería hacer.

- Samuel, por mí no tienes que hacer nada. Vive, Ama y Siente por y para ti. Respeta y respétate. Recuerda que todos somos Uno, lo que hagas te será dado de vuelta y recuerda pequeño Samuel, y con esto ya acabo, recuerda Amar sin miedo, en hablar sin herir y en vivir desde el corazón.

-Abuelo...

De pié en el puente rompió a llorar de emoción, de tristeza, de sorpresa y de incredulidad. Miraba el teléfono en el que ya no estaba su abuelo, miro hacia todos lados y tuvo que estirarse en el suelo mirando al cielo y sin poder contener el llanto.

- Abuelo - respiró hondo- ¿Cómo es posible? 

"Escucha a tu corazón, naciste para ser feliz"- esa frase resonaba en su mente. -¡Confía!.

Se levantó del suelo, cogió la bicicleta y miró hacía las vías del tren que pasaban por debajo del puente, con qué claridad veía ahora las cosas, cuánta tranquilidad le había brindado su querido abuelo. ¡Qué estupidez iba a cometer antes de la llamada!

En ese momento pasó el tren veloz, valiente, atronador. Y Samuel seguía respirando, llorando y mucho más tranquilo.

Y es que a veces no somos capaces de imaginar a que locuras ni a que monstruos se enfrentan las personas que tenemos alrededor, bajo una fachada de que todo está bien puede haber el ser más perdido del universo.

Y a veces es éste, el Universo, que mueve los hilos y hace magia para evitar tragedias, para dar segundas oportunidades permitiendo que el Alma de un abuelo fallecido pueda animar y aconsejar a su amado nieto, evitando así una muerte innecesaria.

No acababa de entender lo que había pasado y quizá se lo habría imaginado todo, pero esas palabras le habían dado el empujón que necesitaba, se sintió bien por primera vez en mucho tiempo, fue como si todo cobrara sentido, un nuevo camino de posibilidades se abría ante él.

Se subió a la bicicleta y se permitió vivir la vida que deseaba. ¡Nada te Ata y todo lo puedes, confía en ti!

María CreeyCrea



Comentarios